Cada vez se abre más la brecha entre los restaurantes modernos y los que aún mantienen los métodos del pasado, como anotar los pedidos en una libreta. Estas prácticas ya se están quedando obsoletas debido a que la competencia se ha ido modernizando con software especializado. Por eso, es importante hacer uso de un programa para restaurante para mejorar la experiencia del cliente y que siempre tenga ganas de volver.

¿Cuánto vale un cliente satisfecho?

Muchos empresarios inexpertos suelen medir su éxito solamente en función de la cantidad de ventas realizadas y dejan de lado un factor mucho más importante: la cantidad de clientes ganados. Un cliente satisfecho es invaluable, porque regresa una y otra vez, tanto solo como acompañado, y suele recomendar los lugares en los que recibió un buen servicio.

La razón por la que un programa para restaurante ayuda a mejorar la experiencia del cliente es porque minimiza los inconvenientes asociados a los métodos anticuados. Un servicio sin platillos errados, demoras en los pedidos ni facturas con cuentas equivocadas hace que el consumidor se lleve una mejor impresión y desee volver.

Ventajas de un programa para restaurante.

Menos errores del mesero.

El cansancio y la presión a la que están sometidos los meseros, especialmente en jornadas muy largas y atareadas, pueden propiciar errores en los pedidos cuando se anotan en una libreta. Con este método, es común ver platillos con ingredientes errados, órdenes retrasadas y comandas confundidas o extraviadas en la cocina. Incluso, algo tan sencillo como modificar o cancelar una solicitud puede generar trabas en el servicio y, en consecuencia, un cliente inconforme.

Un programa para restaurante automatiza todas estas tareas, lo que le permite al mesero olvidarse de tener que anotar todo en un papel y concentrarse en lo más importante, que es atender bien a los comensales. En lugar de una libreta, puede tomar los pedidos en una tablet y mostrarles a los clientes fotografías de los productos o incluso, la información nutricional de cada platillo.

Al ser un sistema computarizado, no se corre el riesgo de confundir pedidos, las comandas se envían automáticamente al área de cocina y no se altera el orden en el que llegan. Además, si un cliente desea cancelar o modificar una orden, se puede hacer sin problemas.

No más malos entendidos.

En restaurantes donde se sigue usando el método tradicional es habitual ver cómo los camareros toman órdenes sin saber que los ingredientes para esos platos ya se agotaron, lo que causa malos entendidos que afectan la experiencia del consumidor.

Con un programa para restaurante, el mesero puede monitorear en tiempo real la disponibilidad de cada producto en función de los pedidos tomados por sus compañeros en el resto de las mesas y sin tener que esperar a que alguien se lo informe. Saber en todo momento si un ingrediente ya se agotó significa estar mejor preparado para responder ante cualquier solicitud del cliente, sin que éste tenga que pasar por situaciones incómodas.

Separar cuentas de una misma mesa.

Este tipo de software también permite dividir la cuenta de una misma mesa en varias partes para que cada cliente pague solamente por lo que consumió, una práctica que se hace cada vez más común en la actualidad. Esto se puede solicitar tanto al principio, como al final del servicio y cada persona puede pagar su parte de la cuenta con un método de pago distinto. Todo esto sin que el mesero tenga que separar las cuentas ni hacer los cálculos manualmente.

Atención personalizada.

Con un sistema automatizado se puede llevar un registro histórico del consumo de cada cliente. Conocer cuáles son sus preferencias permite crear ofertas o promociones personalizadas que pueden sorprenderlo gratamente y hacerlo sentir especial.

Estas son algunas de las formas en las que un programa para restaurante puede ayudar a mejorar la experiencia del cliente para ganar su fidelidad y que siempre tenga ganas de regresar.

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